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Dios me perdonó

René “Level” Martínez, es un ex líder de pandilla al que la vida lo marcó desde la edad de los cinco años, fecha en la que inició un periodo turbulento de su vida al participar en un ritual que llenó su cabeza de sangre con la intención de protegerlo, sin embargo, a partir de esa fecha, como comparte desde sus redes sociales, tuvo visiones, inestabilidad familiar y actividades criminales.

A los 14 años, Martínez sufrió un grave accidente automovilístico durante una persecución policial, como resultado de esto, estuvo en coma con una baja probabilidad de supervivencia, por lo que según su madre, su recuperación fue un milagro pues era la primera vez que ella, en lugar de recurrir a ritos santeros, comenzó a orar.

Los hechos trágicos continuaron en la vida de Martínez hasta intentar en varias ocasiones, terminar con su vida; en una de esas ocasiones, fue salvado por su hijo.

Después de la muerte de un niño a causa de la violencia de pandillas, en 2016, Martínez tomó la decisión de transformar su vida gracias a una experiencia espiritual reveladora que lo hizo comprender que en todas las ocasiones que su vida había sido salvada, era una señal de protección de Dios.

“Me di cuenta de que todas esas veces que sobreviví a todos esos ataques, todas esas veces que estuve medio muerto en el hospital, la vez que la pistola se me atascó en la cara, la vez que la bala me rozó la cabeza, la vez que la bala pasó silbando cerca de mi oído, la vez que me dispararon y apuntaban directamente hacia mí, pero las balas nunca me alcanzaron, como si tuviera un escudo frente a mí. Cada vez que me dispararon, nunca me alcanzaron. Me di cuenta de que Dios tenía un campo de fuerza a mi alrededor. Dios me perdonó”, reflexionó Martínez.

Actualmente, la vida de René cambió, comparte su historia de transformación, realiza bautismos y destaca el bautismo de su madre como un momento clave en su nueva vida, pues considera que la redención en Cristo es posible para todos, sin importar su pasado.

“Ahora voy de prisión en prisión, de proyecto en proyecto, predicando el arrepentimiento y la remisión de los pecados en el poderoso nombre de Jesucristo. Dios es tan real. Si Dios puede hacer esto por mí, puede hacerlo por cualquiera. Dios está levantando un remanente de guerreros del fin de los tiempos que no se avergüenzan del Evangelio”.

Cristina García

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